17.12.08

td/025 - Cromos MiraLanza

Colección de 12 cromos MiraLanza de la serie "I viaggi dell'Olandesina" (Los viajes de la Holandesita).

Estos cromos (no adhesivos) eran parte de una exitosa colección a premios, y se encontraban en los productos MiraLanza: detergentes en polvo, detergentes líquidos, jabones, etc.
Los primeros cromos de esta serie fueron introducidos en el mercado a principios de los años '80, en sostitución de la serie anterior "Calimero y los monumentos de Italia". Desaparecieron progresivamente a partir de 1987, aunque se mantuvieron en algunos productos hasta principios de los '90.
Su valor y su tema variaban según el tipo de detergente y el tamaño de la confección. Había de 5, 10, 15, 25 y 50 puntos, y de 4 series: India misteriosa (con el símbolo de un cobra con dos cabezas), Fabuloso Islam (con las dos cimitarras verdes), Grande Norte (el oso polar) y Africa negra (la cabeza de león).
Una vez conseguidos los puntos necesarios para obtener el tan deseado premio, los cromos eran entregados a la tienda o enviadas al productor y comenzaba la dulce espera...

Recuerdo que mi madre me dejaba los cromos para que yo los leyera y jugara con ellos, pero con la recomendación de no romperlos. Detrás de cada tarjeta había una descripción de la imágen frontal, que a menudo resultaba muy evocativa y de hecho estaba estudiada para cautivar la atención de los niños. Una razón más para sus madres para comprar aquél producto en lugar de otro.
Nosotros llegamos a juntar muchos (un centenar, me parece), y al final contamos todos los puntos para decidir como "gastarlos" en base a lo que ofrecía el catálogo de ese año. Si no me equivoco, la elección de mi madre cayó en una olla de presión.

Siendo MiraLanza una sociedad con oficinas y fábrica en Génova, no tuvimos que esperar el envío, sino que recogimos el regalo directamente en una tienda que se encontraba cerca de mi casa.

Estos 210 puntos son en parte la "vuelta" de aquel día, a la que se sumaron unos cromos más que afortunadamente no llegamos a canjear por ningún premio.
He dicho "afortunadamente" porque, mientras que de la olla ya no queda ni rastro, los cromos siguen aquí y ahora van a entrar de pleno derecho en mi Trastero.

En la imágen de la izquierda, una publicidad de la época muestra los productos en los que se podían encontrar los cromos, llegando incluso a dar una sugerencia de la cantidad de puntos que se podían coleccionar en tres meses. ¡Si en el fondo sólo hacía falta hacer la colada un poco más a menudo!...

Esta operación fue acompañada por una fuerte promoción radiofónica y televisiva. Los anuncios eran protagonizados por un conocido presentador (Corrado Mantoni), y fue grabada también una sigla (cantada por Donatella Bianchi), cuya simple melodía jugó un papel fundamental para el éxito de la campaña.
Haz clic en el botón para escucharla:


La mayoría de los puntos recogidos por mi madre procedían de los tambores de KOP y BIOL, así que las series de las que tenía más cromos eran las del Islam y la de Africa. Recuerdo también otras imágenes que ya no tengo, como la de un rinoceronte de perfil y otra que reproducía la cara de una jóven africana.

Algunos tambores de detergente, después del uso, se transformaban en cajas para mis juguetes.
Poseía varios de ellos, que guardaba en el salón de mi abuela. Uno estaba lleno de coches, en otro había echado todos los ladrillos de los Lego, otro más hospedaba a los soldados y a los animalitos de plástico...
No parece ser un gran acierto desde el punto de vista higiénico, aunque los tambores resultaban seguramente más cómodos y "ordenados" que la grande cesta en la que guardaba antes todos mis juguetes. A pesar de que se hubiesen lavados antes del cambio de uso, el olor a detergente era imposible de quitar, y cada vez que abría uno no podía evitar respirarlo.
En mis recuerdos todavía puedo olerlos, y me da la sensación de que voy a volver a jugar... y después de haber volcado todo su contenido al suelo, empezaré a dar vida a mis mundos paralelos...


"LA FUENTE QUE NO APAGA LA SED - Un reflejo de agua, la visión de un oasis en la obsesiva extensión de arena caliente, son el tan deseado alivio, a veces la salveza, para el que se aventure en el desierto. Pero el beduino sabe muy bien que a menudo la aparición sólo es ilusória, es el espejismo que por antigua tradición él considera un infausto presagio, casi una maligna intención de la naturaleza de hacerse mofas de él. Los espejismos no solamente hacen aparecer inexistentes oasis y charcas de agua, sino que de repente, de la nada, traen a la vista las más diversas imágenes: camellos, personas, casas y hasta ciudades, que con la misma velocidad con la que han llegado, desaparecen. En realidad se trata de efectos ópticos originados por diferentes capas de aire caliente y frío que actuan como espejos y lentes. Para aumentar el engaño, concurre el hecho que las imágenes de los espejismos son efectivamente reales, pero mucho más lejanas de lo que podría parecer, en cuanto su reflejo puede viajar hasta cientos de kilómetros. "

A continuación podéis ver un par de imágenes encontradas en internet de un catálogo (aunque de la serie anterior) de los premios que se podían conseguir sumando, por ejemplo, 5000 puntos:



Y un anuncio de los que hablaba antes:


DETALLES:
Formato: cm 4,7 x 6,9
Total puntos: 210
Año: probablemente entre 1985 y 1989
(No he podido encontrar ninguna información acerca del autor de las ilustraciones. Si álguien sabe quién las realizó puede comentarlo en las notas y lo mencionaré en el post)


Procedencia:
Una caja llena de viejas reliquias y recuerdos de mi infancia, metida en una cómoda de difícil alcance.

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